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Salavarrieta se queda
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El río crecido está, las aguas amenazadoras
y los llantos de Mompox, por los días perdidos
Los escuchan en Riohacha, los escucha el mar Caribe
las aguas anuncian que habrá luna por la noche
Dicen que penan las mujeres
Dicen que lloran las niñas
Huyendo entre las sombras, huyendo de los oscuros
De almas oscuras, de los que fuman puros
Sus deseos, renegridos
Y aquellas, que levantaron polvo
en Guadas, por aquellos años
Son las dos de la madrugada
Los ojos de sueño se caen
Las piernas raspadas, corriendo entre cardos
La respiración entrecortada, agitada de miedo
Y de pronto, una revelación
¿Eres tú, Policarpa
la que escucho aquí?
Es tu luz perpetua
El aurora de una era oculta
A la sombra de una ceiba
Tu heroica gesta nos da confianza al andar
Se dibuja el sereno por todo el sendero por recorrer
No hay ni miedo ni duda, sobre la libertad.
La mujer-cuervo se posa en la ceiba
Se posa en el itabo, o se posa en la palma de cera
Señala el camino de los que andamos sin brújula
En mi mente se oye, como dices así
"Que no importa la cárcel
Que no importa el deshonor
A la legua las penas duras
La desazón, y todas las torturas
Que no moriré de espaldas
Que no moriré de rodillas
Miraré extasiada el pico de Cristóbal Colón
Sin miedo a nada, y mi alma se irá allí
Pa' caer con la nieve y volverme río
Como el río Magdalena, y así mojar a mi gente de luz
Empaparlos de seguridad, de confianza en una paz duradera
En la libertad de la tierra de Colón
Cuando soñamos con la libertad
Y es ello lo que deseamos alcanzar
El cielo es un salvador azul
Las estrellas son guías y faroles
Y mi corazón, que adora fiel esta tierra hermosa donde nació
No descansará hasta ver reposar a su pueblo
En un remanzo de libertad y paz
Hasta alimentar cada corazon marchito
Con el aroma de la esperanza, sembrando las flores
Al caminar."
Y baila la mujer-cuervo a las tres de la mañana
Frente a la plaza del pueblo desierta en la tiniebla
Y el pueblo se va abriendo camino
De la mano de la Pola, y llevando vigilia
A la heroína del mundo de Colón
Y sonríe en los cielos el Señor del Rayo
Y vestida de mar baila Yemanyá
y los llantos de Mompox, por los días perdidos
Los escuchan en Riohacha, los escucha el mar Caribe
las aguas anuncian que habrá luna por la noche
Dicen que penan las mujeres
Dicen que lloran las niñas
Huyendo entre las sombras, huyendo de los oscuros
De almas oscuras, de los que fuman puros
Sus deseos, renegridos
Y aquellas, que levantaron polvo
en Guadas, por aquellos años
Son las dos de la madrugada
Los ojos de sueño se caen
Las piernas raspadas, corriendo entre cardos
La respiración entrecortada, agitada de miedo
Y de pronto, una revelación
¿Eres tú, Policarpa
la que escucho aquí?
Es tu luz perpetua
El aurora de una era oculta
A la sombra de una ceiba
Tu heroica gesta nos da confianza al andar
Se dibuja el sereno por todo el sendero por recorrer
No hay ni miedo ni duda, sobre la libertad.
La mujer-cuervo se posa en la ceiba
Se posa en el itabo, o se posa en la palma de cera
Señala el camino de los que andamos sin brújula
En mi mente se oye, como dices así
"Que no importa la cárcel
Que no importa el deshonor
A la legua las penas duras
La desazón, y todas las torturas
Que no moriré de espaldas
Que no moriré de rodillas
Miraré extasiada el pico de Cristóbal Colón
Sin miedo a nada, y mi alma se irá allí
Pa' caer con la nieve y volverme río
Como el río Magdalena, y así mojar a mi gente de luz
Empaparlos de seguridad, de confianza en una paz duradera
En la libertad de la tierra de Colón
Cuando soñamos con la libertad
Y es ello lo que deseamos alcanzar
El cielo es un salvador azul
Las estrellas son guías y faroles
Y mi corazón, que adora fiel esta tierra hermosa donde nació
No descansará hasta ver reposar a su pueblo
En un remanzo de libertad y paz
Hasta alimentar cada corazon marchito
Con el aroma de la esperanza, sembrando las flores
Al caminar."
Y baila la mujer-cuervo a las tres de la mañana
Frente a la plaza del pueblo desierta en la tiniebla
Y el pueblo se va abriendo camino
De la mano de la Pola, y llevando vigilia
A la heroína del mundo de Colón
Y sonríe en los cielos el Señor del Rayo
Y vestida de mar baila Yemanyá
Pequeña oda a Policarpa Salavarrieta, "la Pola", inmortal heroína, luchadora incansable y triunfante libertadora del pueblo colombiano.
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Comments4
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Ahh si, hace poco hicieron una novella histórica de ella vdad?